Tu rincón

viernes, septiembre 28, 2007

El Punto G


El punto de Gräfenberg, más conocido como punto G, llamado así en honor de su descubridor, el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, es una pequeña zona del área genital de las mujeres localizada detrás del hueso púbico y alrededor de la uretra. Es lo mismo que, o parte de, la esponja uretral, donde se encuentran las glándulas de Skene.

Órganos reproductores de la mujer
Se dice que la
estimulación del punto G (a través de la pared frontal de la vagina) propicia un orgasmo más vigoroso y satisfactorio, y es posiblemente la causa de la eyaculación femenina. Tal estimulación requiere un empuje en cierto modo opuesto al que se necesita para lograr la máxima excitación clitorial con el pene.
Muchos libros sobre
sexo aconsejan a las parejas incapaces de lograr el orgasmo femenino el considerar la estimulación del punto G como técnica sexual.

Los Españoles tiene buena salud sexual

Según Durex, el 81% de los españoles consideran que el sexo es beneficioso para su salud y su bienestar, aunque sólo la mitad de los ciudadanos reconocen estar plenamente satisfechos con su vida sexual. Ellas, más que ellos. En España se ha mejorado en aspectos como la libertad sexual, pero todavía fallan otras cosas porque se perpetúan errores sobre la importancia del coito, el orgasmo… también está de acuerdo en qué las personas mienten sobre este tema, cuenta cuál es su experiencia personal a través de las personas que acuden a su consulta. En este sentido, afirma que la salud sexual de los españoles es bastante deficitaria y explica que la gente no sabe la enorme cantidad de beneficios que aporta el hecho de mantener relaciones sexuales.
• Las tertulianas hacen una reflexión sobre el sexo a través de Internet, las películas pornográficas, los juguetes sexuales, los sex shops, la pasión, el erotismo, la imaginación… Finalmente, se debate sobre el papel cada vez más protagonista de las mujeres en todo aquello relacionado con la sexualidad. Finalmente, el programa emite las opiniones que la gente de la calle ha dado sobre esta tema a la colaboradora del programa Isabel Pérez.

lunes, septiembre 24, 2007

Porque somos infieles...

El engaño sentimental responde a distintas razones en los hombres que en las mujeres. A veces alcanza tintes dramáticos, pero hay personas que disfrutan con la tensión emocional que produce.
El hombre parecía solucionar su vida erótico-afectiva hace unas décadas teniendo amantes al margen de su matrimonio. Y las mujeres, por lo general, eran infieles sólo en su fantasía, ya que así quedaban protegidas de la posible reprobación social si se atrevían a hacerla realidad. La infidelidad tiene un origen neurótico. No es una señal de libertad ni de potencia, más bien de todo lo contrario. El infiel no sabe que está encadenado a deseos inconscientes que dominan sus afectos, obligándole a mantener lazos patológicos con los primeros objetos de amor.

Aprendemos la infidelidad en la niñez
Se niega a aceptar aquella experiencia en la que fue separado de su madre por la entrada del padre en esa relación dual. La diada fidelidad-infidelidad va siempre unida, y de su equilibrio depende nuestro bienestar. El prototipo ideal de fidelidad inalcanzable es la relación que mantienen madre-hijo. La madre es fundamental para responder a todos los requerimientos del bebé. Cuida y ama a su hijo y no le abandona nunca. Por supuesto, le acabará siendo infiel. Ser excluido y sentirnos engañados es una experiencia por la que todos pasamos en nuestros primeros años de vida.Superar las vicisitudes de ese impacto emocional nos hace interiorizar una ética. Y ésta se inscribe en nuestra condición erótica de tal manera, que nos enseña a manejar nuestra libertad en beneficio propio y de aquellos a los que atañen nuestros actos. Ahora bien, puede ser que las relaciones afectivas que hemos vivido hayan quedado mal instaladas en nuestro mundo interno y eso complique nuestras futuras relaciones sexuales.
¿Se puede ser fiel a otro sin ser infiel a uno mismo?
A veces los intereses del otro nos llevan a renunciar a algunos de los nuestros. Ser fiel a la pareja nos hace ser infieles a nosotras mismas. Las mujeres saben mucho de eso, pues todavía suelen ser las que abandonan algunos proyectos personales en beneficio de los del hombre. Quizá sea éste el modo más frecuente de infidelidad femenina, olvidarse de sí mismas.
Si te están engañando:
- Ten en cuenta que las motivaciones sexuales son misteriosas, pero si no se resuelven, tienden a repetirse.
- El infiel está dominado por complejos inconscientes que debe superar.
- Ponle condiciones para que salga del conflicto. Por ejemplo, debe averiguar por qué actúa así.
- Perdónale si le quieres y si puedes superar la herida que se produce cuando te ha engañado.
- Por paradójico que parezca, hay personas que necesitan dañar a un tercero para que la excitación funcione.
-Si no toma conciencia del daño que hace, ni se siente culpable, no hay posibilidades de solución.

martes, septiembre 11, 2007

Píldora anticonceptiva, ¿enemiga del deseo sexual?

Si usas la píldora como método anticonceptivo, puede que estés impidiendo algo más que un embarazo. Estudios recientes indican que podrías estar suprimiendo tu deseo sexual, quizá a largo plazo.
NO LO ADVIERTEN
Algunos estudios ya habían indicado que la píldora podía hacer menos probable la excitación y reducir la lubricación (haciendo dolorosa la penetración). Sin embargo, la probabilidad de que los anticonceptivos orales supriman el deseo sorprende a muchas mujeres por la razón que cita Ainhoa: pocos médicos advierten de ello y los prospectos no lo indican. En su descargo, los ginecólogos dicen que una advertencia clara es problemática, porque la píldora actúa de forma diferente en cada mujer. “Algunas ven reducido el deseo, pero hay un porcentaje que señala aumento de libido al tomar la píldora”. Sin embargo, estudios más recientes no alivian la situación, pues indican que la píldora, no sólo suprime el deseo, sino que lo hace durante muchos meses después de haber dejado de tomarla ya que, al parecer, aumenta los niveles de una proteína crucial.
A LARGO PLAZO
Según uno de los autores, el dr. Goldstein, urólogo y director de la revista “The Journal of Sexual Medicine”, el estudio explica lo que algunas mujeres llevan tiempo diciendo. “Pensamos que, cuando las mujeres dejaran de tomar la píldora, recuperarían su función sexual, pero no fue así”. En su investigación descubrieron que las que estaban tomando este anticonceptivo tenían niveles cuatro veces más altos de la proteína inactivadora de testosterona que las que nunca la habían tomado, pero las que la habían dejado seguían teniendo los niveles el doble de altos que las que jamás habían utilizado esta medicación.