Tu rincón

lunes, septiembre 24, 2007

Porque somos infieles...

El engaño sentimental responde a distintas razones en los hombres que en las mujeres. A veces alcanza tintes dramáticos, pero hay personas que disfrutan con la tensión emocional que produce.
El hombre parecía solucionar su vida erótico-afectiva hace unas décadas teniendo amantes al margen de su matrimonio. Y las mujeres, por lo general, eran infieles sólo en su fantasía, ya que así quedaban protegidas de la posible reprobación social si se atrevían a hacerla realidad. La infidelidad tiene un origen neurótico. No es una señal de libertad ni de potencia, más bien de todo lo contrario. El infiel no sabe que está encadenado a deseos inconscientes que dominan sus afectos, obligándole a mantener lazos patológicos con los primeros objetos de amor.

Aprendemos la infidelidad en la niñez
Se niega a aceptar aquella experiencia en la que fue separado de su madre por la entrada del padre en esa relación dual. La diada fidelidad-infidelidad va siempre unida, y de su equilibrio depende nuestro bienestar. El prototipo ideal de fidelidad inalcanzable es la relación que mantienen madre-hijo. La madre es fundamental para responder a todos los requerimientos del bebé. Cuida y ama a su hijo y no le abandona nunca. Por supuesto, le acabará siendo infiel. Ser excluido y sentirnos engañados es una experiencia por la que todos pasamos en nuestros primeros años de vida.Superar las vicisitudes de ese impacto emocional nos hace interiorizar una ética. Y ésta se inscribe en nuestra condición erótica de tal manera, que nos enseña a manejar nuestra libertad en beneficio propio y de aquellos a los que atañen nuestros actos. Ahora bien, puede ser que las relaciones afectivas que hemos vivido hayan quedado mal instaladas en nuestro mundo interno y eso complique nuestras futuras relaciones sexuales.
¿Se puede ser fiel a otro sin ser infiel a uno mismo?
A veces los intereses del otro nos llevan a renunciar a algunos de los nuestros. Ser fiel a la pareja nos hace ser infieles a nosotras mismas. Las mujeres saben mucho de eso, pues todavía suelen ser las que abandonan algunos proyectos personales en beneficio de los del hombre. Quizá sea éste el modo más frecuente de infidelidad femenina, olvidarse de sí mismas.
Si te están engañando:
- Ten en cuenta que las motivaciones sexuales son misteriosas, pero si no se resuelven, tienden a repetirse.
- El infiel está dominado por complejos inconscientes que debe superar.
- Ponle condiciones para que salga del conflicto. Por ejemplo, debe averiguar por qué actúa así.
- Perdónale si le quieres y si puedes superar la herida que se produce cuando te ha engañado.
- Por paradójico que parezca, hay personas que necesitan dañar a un tercero para que la excitación funcione.
-Si no toma conciencia del daño que hace, ni se siente culpable, no hay posibilidades de solución.