Es una red el amor
No hay duda: el amor es una auténtica enfermedad, con sus propias secuelas psíquicas y físicas. Si en la neumonía es el sistema respiratorio, los goces y las sombras del amor se ocultan en esa maraña de nudos y filamentos que conocemos como sistema nervioso autónomo. En cada una de las vértebras -desde la base del cráneo hasta la punta del cóccix- hay una doble cadena de pequeños nódulos, conectados a la médula espinal y entre sí. Desde esos nódulos o ganglios, salen racimos de nervios que se vuelven a encontrar en una especie de estaciones-relé repartidas por todo el cuerpo. En un sistema de comunicación que supera en complejidad a la red informática más sofisticada, esos ganglios están siempre en contacto mutuo.
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