¿Qué son los afrodisíacos?

La palabra afrodisíaco proviene de Afrodita, diosa griega del amor, y se relaciona con todo lo que aumenta el deseo sexual. En muchos casos, la imaginación otorga determinadas cualidades a distintas sustancias, alimentos y objetos. Cuando creemos en algo, empezamos a sentir como si el hecho se hubiera producido. No hay cultura que no cuente con sus plantas, ungüentos, filtros o pócimas de amor. El Tantra, por ejemplo, entiende la sexualidad no sólo como algo sagrado, sino como un arte, como una vía para alcanzar el éxtasis.En Oriente, lo más divulgado ha sido el Kamasutra. Dentro de la cultura hindú, el sexo es sagrado, y en este famoso libro se refieren múltiples posturas, alimentos aconsejables y palabras extrañas o que nos provocan la sonrisa. En Occidente se utilizan muchas plantas por su semejanza con los órganos sexuales, se suele relacionar la comida con la promiscuidad y se habla en la literatura de muchos afrodisíacos, como el chocolate que usaba Giacomo Casanova. La lista sería interminable y todos se usaban como elixires de la sexualidad. A través de la investigación se siguen buscando sustancias, preparados, pastillas e inyecciones. Sabemos que los factores que influyen en nuestra respuesta sexual son tan variados y complejos que no existe una única respuesta válida. Actualmente, muchos hombres y mujeres están pidiendo algo que les despierte el deseo y que les ayude a resistir más en sus relaciones. Quieren algo que puedan comprar en la farmacia y que sea efectivo. Isabel Allende comenta en uno de sus libros que el único afrodisíaco infalible es el amor. Cuando lo sentimos, todo se transforma en algo maravilloso. El sexo no funciona porque sí, hay que saber qué nos apetece para que el encuentro nos haga vibrar. El auténtico afrodisíaco está en nuestro cerebro